
Espíritu de Coco nació del amor, la intuición y los pequeños milagros que marcan un antes y un después. Todo comenzó con Coco, una yorkie diminuta que llegó a mi vida como una chispa de ternura y guía silenciosa. Con ella aprendí que la presencia es un lenguaje, que la suavidad también es fuerza y que el alma siempre encuentra su camino de regreso a casa.
Al llegar a Playa del Carmen descubrí una energía que reconocí de inmediato: la luz, la brisa, el mar, los colores… todo vibraba igual que Coco. Fue entonces cuando entendí que mi camino, mi corazón y mi creatividad tenían un nuevo hogar. De ahí nació el nombre: Espíritu de Coco, una marca tejida con amor, propósito y renovación.
Espíritu de Coco no es solo un proyecto; es un refugio, un ritual y una intención. Es un espacio donde las historias se vuelven medicina, los libros acompañan, los talleres transforman y la creatividad se mezcla con la espiritualidad suave de la vida cotidiana. Aquí honro mi viaje —las pérdidas, los renacimientos, las decisiones valientes— y ofrezco un lugar donde otros también puedan conectar con su verdad, su ritmo y su propio proceso de sanar.
Cada libro, cada taller y cada creación nace con la misma esencia: invitar a vivir con presencia, con ternura y con propósito, recordándonos que siempre es posible volver a empezar. Coco será para siempre la pequeña fuerza que inspira este camino; su espíritu vive en cada detalle, en cada palabra y en cada abrazo que esta marca simboliza.
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